Educar a un niño no es hacerle aprender algo que no sabía, sino hacer de él alguien que no existía.
Por cada persona que quiere enseñar, hay, aproximadamente, treinta personas que no quieren aprender.
Enseñar es aprender dos veces.
Enseñar a quien no tiene curiosidad por aprender, es sembrar un campo sin arar.
Adrián Raluy 5º B
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